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Experiencias

"Con la llegada del euro, nos enfrentábamos a una disyuntiva: o nos internacionalizábamos o moríamos"

Isidoro J. Alanís, presidente de Global Exchange

Nos trasladamos a 1996 en Fuentes de Oñoro, localidad de Salamanca próxima a nuestro país vecino, Portugal. La familia Alanís gestionaba allí un centro comercial. El carácter fronterizo del pueblo les llevó a abrir una oficina para cambiar las monedas y facilitar las compras de los que visitaban la población. Ese fue el origen de Global Exchange. El patriarca de la familia confió en su hijo Isidoro, la gestión de esa pequeña sucursal, que acababa por finalizar sus estudios. El joven empresario quiso ampliar el negocio y abrió oficinas en otros puntos fronterizos (Tui, Badajoz) y en ciudades ricas en cultura y turismo (Salamanca, Toledo y Ronda).

 

“Con la llegada del euro, y dado que nuestros clientes eran casi todos europeos, nos enfrentábamos a una disyuntiva: o nos internacionalizábamos o moríamos. Apostamos por crecer en el exterior y decidimos especializarnos en la apertura de oficinas en aeropuertos”, explica el presidente de Global Exchange, Isidoro J. Alanís. La jugada funcionó y Global Exchange es hoy el tercer mayor grupo del mundo de cambio de monedas en aeropuertos. La compañía tiene 150 sucursales en 45 aeropuertos de 14 países distintos, a la vez atiende a cuatro millones de clientes y da trabajo a 1.200 personas.

 

“La primera experiencia internacional fue en Argentina, donde nos dieron la concesión de seis aeropuertos. La mala fortuna hizo que al poco de llegar empezó el corralito. 

 

Fue una etapa de incertidumbre, pero a la larga nos benefició ya que el peso empezó a fluctuar libremente frente al dólar y el país fue un destino turístico más atractivo”, explica Alanís.



 

El experimento argentino dio sus frutos y Global Exchange empezó a crecer, más en Latinoamérica, donde acaban de lograr su última concesión: Brasil. “En la región nos quedan pocos países donde tener presencia. El crecimiento futuro debe orientarse a otras partes del mundo. Queremos crecer en los países del Este de Europa, en África y luego en Asia”, señala el directivo.

 

El negocio de esta compañía está en comprar barato y vender caro las monedas que intercambian con los pasajeros de los aeropuertos. Este año prevén cerrar alrededor de los 600 millones de euros de compraventa de moneda alcanzando un beneficio bruto de entre ocho y nueve millones. La empresa ahora mismo se encuentra inmersa en el cumplimiento de su plan estratégico 2012-2016 en los que los objetivos son estar en 25 países, lograr un volumen de negocio de 1.100 millones y ganar 20 millones antes de impuestos.

 

“La expansión de la compañía se ha basado en recursos propios hasta donde hemos podido ya que los accionistas hemos reinvertido buena parte de los beneficios, y con financiación bancaria”, dice Alanis. En 2011 estudiaron la posibilidad de una salida al Mercado Alternativo Bursátil (MAB), pero finalmente la descartaron. “De momento, el capital está repartido entre cinco accionistas de la familia. Sin embargo, con el crecimiento y los proyectos que tenemos por delante, llegará un momento en el que tengamos que abrir el capital a inversores externos”, reconoce el directivo.

 

En España tienen la concesión en los principales aeropuertos turísticos de España, salvo en el de la ciudad de Málaga. Hace un año, además ganaron el concurso de la T-4 y afianzaron su presencia en el aeropuerto barcelonés del Prat. “La privatización de AENA no tiene por qué afectarnos en nada ya que hay unas concesiones contractuales que hay que respetar. Además, nosotros siempre buscamos la excelencia en el servicio al cliente y apostamos porque el gestor aeroportuario tenga unas tasas de rentabilidad altas por nuestra actividad”, asegura el presidente.

 

Global Exchange no le tiene miedo a la popularización de las tarjetas de crédito y de los medios digitales de pago. “El dinero de plástico es un complemento, no una competencia. El efectivo es vital para que el viajero haga sus primeros pagos. Además, tratamos de innovar y adaptarnos a los nuevos tiempos. Hemos lanzado una tarjeta prepago muy útil para las familias con hijos en el extranjero y para los expatriados de las empresas”, finaliza el empresario.

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